Este tramo, perteneciente, como el primero, a la
subcuenca del Aponwao, corre por una altiplanicie de relieve plano a ondulado.
Geológicamente
pertenece al grupo Roraima, con abundancia de
areniscas silicificadas, lutitas y imonitas, donde
sobresalen afloramientos rocosos.
La cobertura natural, consistente principalmente en
arbustales edáficos, se aprecia como manchas de vegetación
sobre el sustrato rocoso, y su crecimiento se halla muy asociado a las características
del suelo local, alternando con sabanas graminosas y herbazales subarbustivos. Pequeños bosques de galería se extienden a lo largo del curso de los caños. Lo complejo de la trama florística contribuye a la existencia de una
fauna abundante y con diversidad de
especies. Durante el período seco son
frecuentes las migraciones de aves
que se alimentan de insectos.
Aquí se localiza uno de
los saltos más imponentes de la Región, el Kamá,
desde cuya eminencia se disfruta de una de las vistas más hermosas
del recorrido. En este tramo se hallan núcleos
de población pemona: Uroi-uarai, Kamá y Kurun-motá.
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