La historia de Guayana
comienza el primero de agosto de 1498 cuando el Almirante Cristóbal
Colón, en su tercer
viaje, observa por primera vez las costas de América, pertenecientes a la
Región, y se detiene bajo la
inspiración de especulaciones míticas frente al
encrespado estuario del Orinoco, que equipara a
algún extraño río del Paraíso:
"Grandes
indicios son éstos del Paraíso terrenal, porque el sitio
es conforme a la opinión de esos santos y sanos teólogos, y asimismo las señales son muy
conformes, que yo jamas leí ni oí que tanta
cantidad de agua dulce fuese así dentro y vecina con la salada..."
Dos años después de Colón, el explorador y navegante Vicente Yáñez Pinzón aportó datos importantes al geógrafo e historiador italiano Pedro Mártir de Anglería, cronista real y miembro del Consejo de Indias, para confeccionar el mapa de 1511 donde aparece por primera vez el gran río, que habría de convertirse en la principal
vía de penetración de los
conquistadores por esta Región de tupida selva tropical.
El Orinoco, eje fluvial de Guayana y Venezuela,
era una realidad apenas evidenciada en el mapeado abanico de su estuario. Descubrir
la magnitud de su existencia, empresa por
demás ingente y comprometida, fue lo
que realizó entre 1531 y1532 Don
Diego de Ordaz. Estevino a ser el
primer español en penetrar y explorar el Orinoco más allá de la desembocadura del Caroní, vale decir, hasta el río Meta. También había
sido este hombre, decidido y
temerario, el primero en subir hasta el cráter de un volcán en erupción, el Popocatepetl, durante la conquista de
México y el que hizo rendir al valiente Guatimozín, último emperador
azteca.
La voz ¡Uayana! ¡Uayana!, que escuchan
los españoles en la algarada de los
aborígenes que habitaban la zona de
confluencia del Orinoco con el
Caroní, habrá de convertirse para el mundo en el nombre de Uayana o Guayana, que designa este inmenso territorio donde la Naturaleza
recrea la fuerza eterna de su existencia.
Los Capitanes Alonso de Herrera y Gerónimo de Ortal,
herederos de las capitulaciones de Ordaz que había sido
envenenado durante el trayecto Santo Domingo-España, continúan penetrando y
explorando la Guayana a través de sus ríos principales. También Alonso de
Herrera morirá
atravesado por las flechas envenenadas de los indios después de
haber remontado cien kilómetros del Meta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario