sábado, 14 de julio de 2018

MUSEO DE ARTE MODERNO JESÚS SOTO


El Museo de Arte Moderno Jesús Soto, inau­gurado en 1973, es producto de la labor colec­tora de este artista, maestro del cinetismo, quien durante veinte años estuvo canjeando obras suyas con las de otros creadores del arte moderno. Esa abigarrada colección, producto de los inter­cambios, es lo que se ofrece al asombrado visi­tante para beneplácito del mundo artístico na­cional e internacional, pues se trata de un Mu­seo como muy pocos en el mundo; por la cohe­rencia que presenta dentro de su variedad, se podría decir que es único.
Se representan allí los valores más relevantes de las artes visuales del mundo moderno: Kasimir Malevich, Kandinsky, Mondrián, Vasarely, Sho­fer, Pol Bury, Alejandro Otero, Cruz Diez, Jesús Soto (con una sala completa), Robert Jacobsen4, Narciso Debrug, Calderara, Carreño, Terraza, Sobrino, Sergio Camargo, Alberto Magnelli, Kin­neth Snelson, Georges Rickeyn, Natalia Gontcharo­va, Pavel Mansouroff, André Heaurtaux, Man Ray, Josef Albers, Jean Tinguely, Fortunato De-pero, Jean Gorin, Lucio Fontana, Lajos Kassak, Michel Seuphor, Henry Stazewski, Mauro Reg­giani, Sonia Delaunay, Serge Poliakoff, Theo Van Doesburg, Jean Arp, Hans Richter, Liubov Popo-va, Joannes ltten, entre otros destacados en el arte de la abstracción geométrica, cinética y es­tructural.
Soto dijo en una ocasión que "éste no es un Museo". Se refería al sentido que se ha hecho tra­dicional de inmueble para la exhibición estática de las obras, sólo para contemplación e inamo­vilidad. De hecho, en el pleno sentido de su in­tención original, el Museo de Arte Moderno Jesús Soto no es simplemente un lugar de exhi­bición; es un centro de investigación y de acopio histórico de lo más jalonado del arte moderno. Un Museo es un organismo que nos enseña a ver y sentir, que nos enseña algo nuevo, ya sea crea­ción contemporánea o de una época anterior a la nuestra. Producto típicamente humano, co­mo es el arte, que refleja la permanente cons­tancia de nuestra naturaleza en múltiples formas

Un interesante aporte de este Museo, en es­ta tierra consustanciada con la naturaleza agres­te del Orinoco, es que nos enfrenta con un arte que perturba y reta hasta despertar conflictos en busca de verdades. Las obras que allí se expo­nen en constante renovación no tratan de expli­car, sino más bien de plantear situaciones de per­cepción que puedan despertar en la gente una nueva mitología, una nueva visión de la naturale­za que revele cosas, a veces ya existentes, pero quizás no vistas o figuradas con anterioridad.

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