sábado, 21 de julio de 2018

LOS WOTUHA O PIAROA


Los Piaroa o Wótuha (como ellos se autode­nominan, o también De'aruwa: "dueños de la selva"), constituyen otro de los grupos étnicos más importantes de la Región de Guayana. Sus comunidades se ubican principalmente en las regiones boscosas y accidentadas del norte del Territorio Federal Amazonas: en la amplia cuenca del río Sipapo y sus afluentes Cuao, Autana.

Guayapo, lo que conforma el centro y gran parte de su territorio; junto a los ríos Cataniapo y Samariapo, y por las riberas del río Orinoco en el oeste y el sur; y en el este por el medio y bajo río Ventuari (territorio en parte habitado por el subgrupo Wiru o Maco). El territorio Wótuha se extiende hacia el norte abarcando la región del río Parguaza y la Sabana de Cardona en las cabeceras del río Suapure, pertenecientes al Estado Bolívar.
Los Wótuha son conocidos desde la Colonia, especialmente desde el siglo XVI II cuando los Jesuitas, a partir de sus misiones en el Orinoco, penetran en su territorio y publican las primeras descripciones de los "Piaroas". Los Wótuha vivían entonces bastante ocultos en sus selvas, alejados de los ríos para evitar su captura por los indígenas Caribes, quienes remontaban en sus canoas el Orinoco y sus afluentes en busca de esclavos destinados al comercio con los holan­deses. Este mismo patrón de asentamiento Wótuha se mantuvo hasta finales del siglo pasado y primeras décadas de éste para escapar a la explotación brutal de los caucheros.
Hoy en día, la población Wótuha probable­mente alcance la cifra de 9.000 personas. En el Censo Indígena de 1982 se enumeraron 7.030 Wótuha: 5.660 en el Territorio Federal Amazonas y 1.370 en el Estado Bolívar, repartidos en 158 comunidades. En esa fecha se pudo constatar el proceso de expansión de estos indígenas hacia el Orinoco y hasta los barrios de Puerto Ayacu­cho, fenómeno que se había iniciado en la década de los 60. Este proceso no se ha deteni­do, como tampoco el crecimiento de algunas comunidades que superan los 200 ó 300 habi­tantes, como Tierra Blanca, Pendare del Pargua­za, Betania de Topocho, Limón de Parhueña y Caño Grulla; ello a pesar de haberse ido redu­ciendo paulatinamente el número de viviendas tradicionales Wótuha, la hermosa churuata có­nica denominada itso'de, presente actualmente en apenas el 15% de sus comunidades, según el Censo de 1982.
Estos cambios en el patrón de asentamiento de los Piaroa: la sustitución de la churuata comunal por caseríos cada vez mayores de viviendas unifamiliares, con frecuencia del mo­delo nacional de vivienda rural, así como su tendencia creciente a aproximarse a las grandes arterias fluviales como el Orinoco y el Ventuari, y el incremento observado en su proceso de urbanización, es decir, de mudanza a Puerto
Ayacucho, revelan el fenómeno de aculturación que actualmente experimenta esta etnia.
Los Wótuha vivían anteriormente en churua­tas. Cada comunidad, bajo la dirección de su líder, el ruwan, levantaba una churuata para albergar a todos sus miembros, generalmente un pequeño grupo de familias extendidas cuya población no rebasaba los 60 habitantes. En ella, y alrededor de la misma, los Wótuha celebran todavía hoy su impresionante y rico ritual anual, el warime, la mayor expresión cultu­ral y simbólica de su etnia, con sus enmascara­dos, sus cantos y el variado repertorio de su música instrumental. La churuata era (y, todavía en parte, es) el único asentamiento permanente de la comunidad, ubicada en medio de un extenso territorio selvático en el que la subsis­tencia depende de la agricultura, cacería, pesca y recolección. La agricultura de tala y quema, caracterizada por conucos rotativos cercanos a la churuata, produce mayormente yuca amarga, base de la dieta Wótuha, que generalmente rallan para consumirla en forma de casabe y mañoco. Otros cultivos, de menor importancia, son la batata, ñame, ocumo, auyama, plátano, cambur, piña, caña de azúcar, y algodón. La caza y la pesca se practican especialmente en los meses de verano, cuando acostumbran mar­charse de la churuata durante cortas temporadas para acampar en la selva; mientras la recolección de frutos silvestres tiende a concentrarse en los meses de invierno.
En la actualidad, el sistema de subsistencia tradicional Wótuha se conserva en gran parte de sus comunidades, a pesar de las modificaciones producidas por su gradual participación en la economía de mercado de la Región a través de la comercialización de productos agrícolas y silvestres, artesanía, canoas, etc. El incremento en la demanda local de productos alimenticios y forestales, aunado a la riqueza forestal y minera de la Región, deja prever una mayor intervención futura en el ecosistema que los Wótuha supieron explotar durante tantos años en forma sostenible.
U ltimamente, el reciente desarrollo del tu­rismo en el territorio Wótuha, que puede consti­tuirse en una nueva alternativa o complemento de su economía, no es siempre percibido por ellos como una actividad beneficiosa, por lo que muchas de sus comunidades han expresado rechazo y levantado barreras a la forma en que el turismo se lleva a cabo, lo que requerirá, pues, una reconsideración y un nuevo y mejor enfoque.


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