viernes, 13 de julio de 2018

LOS CASTILLOS DE GUAYANA


Así como la Cárcel colonial de Angostura fue convertida en Museo Etnográfico y la Casa del Correo del Orinoco en Museo de Artes Visuales, los Castillos de Guayana han sido destinados re­cientemente a Museos Históricos Didácticos.
Estos Castillos datan de la fundación de la capital de la provincia de Guayana. Capital de ini­cios accidentados; inestable, errática, pero que la constancia hizo perdurar hasta lo que es hoy Ciudad Bolívar. Los Castillos de Guayana son no sólo testigos imperecederos, sino factores prota­gónicos de la historia regional; de allí que en 1961 fueran declarados "Monumentos Históri­cos Nacionales", posteriormente restaurados y destinados a Museos en 1988.
El 21 de diciembre de 1595, cuando Don An­tonio de Berrío fundó la ciudad de Santo Tomás de la Guayana en el vértice del delta y a la mar­gen derecha del Orinoco, lo primero que hizo fue mandar a levantar el Convento y Hospicio de San Francisco de Asís que posteriormente fortificó su hijo Fernando, y transformó en fortaleza o cas­tillo (1676 y 1682) el .gobernador Tiburcio de Aspe y Zúñiga. Este Castillo recibió en 1887 el nombre de "Fuerte Villapol" en homenaje al pa­triota Manuel Villapol, distinguido en el primer intento del proceso emancipador por la recupe­ración de la provincia de Guayana, junto con el también patriota Campo Elías, nombre con el cual fue bautizado el mismo año el Fuerte o For­taleza de San Diego de Alcalá en el vecino cerro El Padrastro.
El Castillo de San Diego de Alcalá es posterior. Se construyó entre 1734 y 1747, un poco más re­tirado del río y cerca de las lagunas La Ceiba y El Baratillo, esta última surcada por un canal que servía a los españoles para sus transacciones co­merciales, con el objeto de reforzar el control de esa parte del Orinoco contra la piratería.

Los Castillos, si bien sirvieron a los españoles en el control y dominio de la provincia, presta­ron igualmente un valioso servicio a los patrio­tas durante la guerra de Independencia. Allí es­tableció el Libertador su cuartel general entre agosto y septiembre del 1817; y hasta la muerte del dictador Juan Vicente Gómez en 1935 per­maneció en ellos una guarnición militar al man­do de la cual se sucedieron prominentes figuras castrenses venezolanas.

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